...Nono Granero
Como a cualquiera, a Nono le gustaron los cuentos desde niño. Como a cualquiera, fueron metiéndose en su cabeza y en su piel casi sin que se diera cuenta.
Bajo la lámpara del salón, bocadillo en mano, sus ojos recibían iluminados a los héroes con arco de antiguos mitos, o seguía a cientos de monigotes arrastrando cuerpos pintados de palote por las calles, con idéntica curiosidad.
Y así decidió apostar por construir, a partir de sencillos materiales como la tinta, la pasta, el pigmento de color vivo, o incluso el gesto silencioso, historias y mundos como aquellos que nacían silenciosamente a la luz cálida de la lámpara lejana.En ésas anda desde hace mucho tiempo, porque la tarea no se acaba.
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